¿Hasta dónde llega el blindaje de los aliados del poder? La diputada Socorro Villamayor, figura clave del oficialismo salteño y presidenta del bloque “Salta Tiene Futuro”, fue sorprendida este lunes llegando a la Legislatura en un lujoso Chevrolet Cruze blanco, que no le pertenece, ni al Estado, ni a ella, sino a una empresa privada cuyo dueño es nada menos que el ministro de Gobierno, Ricardo Villada.
Sí, leíste bien: una legisladora usa el vehículo de una empresa del propio ministro que integra el Ejecutivo. ¿Un préstamo inocente? ¿Un “favor” entre socios políticos? ¿O una burla descarada a la Ley de Ética Pública?Porque según la Ley 25.188, en su artículo 18, los funcionarios públicos tienen terminantemente prohibido recibir regalos, servicios o bienes en ocasión del ejercicio de sus funciones.
¿Entonces qué hace Villamayor usando un auto de una firma privada ligada al Gobierno?
El dato que sacude a Salta: el vehículo pertenece a la empresa VOZ DATO IMAGEN SRL, inscrita a nombre del ministro Villada. Una firma que, según registros, se dedica a la compraventa de sistemas de comunicación, publicidad, publicaciones gráficas y digitales.
Todo un emporio que parece operar con comodidad entre los negocios privados y el Estado.Y no es la primera mancha: Villamayor ya había sido denunciada por sus propios colegas por obstaculizar un proyecto clave de control toxicológico para funcionarios públicos.
Ahora suma otro escándalo que pone en evidencia el uso personal de bienes de origen dudoso.¿Y la Justicia? ¿Y el control? ¿Dónde está la oposición? Nada. Silencio.
El oficialismo, con su mayoría aplastante en ambas cámaras, el dominio de la Corte, la Procuración y casi todos los medios, se regodea en su impunidad.Salta asiste a otro capítulo bochornoso donde los poderosos hacen lo que quieren, mientras la ciudadanía paga los impuestos, espera servicios y asiste atónita a una clase política que parece no tener límites.













