El intendente de Salta, Emiliano Durand, ha construido cuidadosamente su imagen de empresario, abogado y periodista, un outsider de la política que llegó para terminar con “la casta salteña”, en términos de Milei.
El “no monotributista”. Sin embargo, según una reciente investigación del medio local digital, El Intra.com , los registros oficiales de ANSES cuentan otra historia: hace 17 años que el Estado provincial le realiza aportes previsionales, a pesar de que su currículum indica que solo trabajó cuatro años en el sector público.
Es decir, mientras se presentaba como un exitoso emprendedor de medios, también acumulaba aportes como empleado estatal sin que nadie, ni en Grand Bourg ni en la Municipalidad, pueda recordar exactamente qué funciones cumplía. Un auténtico caso de ubicuidad laboral: en el discurso, un empresario hecho a sí mismo; en los papeles, un empleado público con 17 años de aportes.
Lo más llamativo es que esta parte de su trayectoria está completamente ausente de su perfil de LinkedIn, sus redes sociales y hasta de su biografía oficial en la Municipalidad de Salta. Al parecer, el intendente no solo cuida su imagen, sino que hace desaparecer cualquier rastro que contradiga su relato.
De emprendedor a ñoqui. No es menor el detalle de que nadie parece haber notado su ausencia en ninguna oficina estatal durante todos esos años. Mientras que el propio Durand denuncia los vicios de la política tradicional, su historial laboral lo ubica en una zona gris donde muchos se preguntan: ¿realmente trabajó en el Estado o simplemente cobró sin aparecer? En el barrio, a eso se le dice «ñoqui».
Lo cierto es que esta revelación lo deja en una situación incómoda. Su discurso de renovación choca de frente con una realidad en la que acumuló beneficios del Estado mientras construía su perfil de «hombre de los medios». Una contradicción difícil de explicar para alguien que hizo de su imagen de «nueva política» su principal capital electoral.
Quizás la próxima vez que hable de terminar con los privilegios, el intendente debería empezar por explicar cómo logró mantenerse tantos años en el Estado sin que nadie supiera que estaba ahí. Mientras tanto, sigue perfeccionando su papel de emprendedor… con el Estado como su principal inversor.













